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miércoles, 5 de enero de 2011

EL ERIZO

A pesar de tanta suerte y tanta riqueza hace mucho tiempo que sé que el destino final es la pecera; un mundo donde los adultos chocan como moscas contra el mismo vidrio.
Pero lo que es seguro es que a esa pecera yo no voy a ir, es una decisión madurada.
Cuando acabe el curso, el día que cumpla 12 años, el 16 de Junio, dentro de 165 días, me suicidaré.

Que haya planeado mi muerte no significa que me vaya a dejar morir como un vegetal; lo importante no es morir ni a qué edad se muere sino lo que estés haciendo en ese momento.
Para Taniguchi los seres mueren escalando el Everest, mi Everest particular es hacer una película, una película que muestre por qué la vida es absurda, la vida de los demás y la mía.
Si nada tiene sentido, el espíritu debe al menos afrontarlo.

Pasar la vida como un pez en su pecera y acabar en una bolsa de plástico.

Arquetipo del pez de colores en su pecera. Una chica obsesionada con ser menos neurótica que su madre y más brillante que su padre.
Para ella la vida es una batalla permanente en la que se vence destruyendo a los demás.

El Go lo inventaron los chinos no los japoneses.
No es el equivalente del ajedrez; en el ajedrez se mata para ganar mientras que lo más bonito del Go es que para ganar hay que vivir pero también dejar vivir al adversario.
La vida y la muerte sólo son la consecuencia de una buena o mala construcción y lo que cuenta es construir bien.

Cuando decides morir es por que consideras que entra en el orden de las cosas; como un paso delicado, un suave resbalar hacia el descanso.
Lo adultos tienen una relación difícil con la muerte cuando es el acontecimiento más trivial del mundo.
No hay que dejar nada al azar cuando tomas una decisión que no comprenderán.

Todas la familias felices se parecen, pero las desgraciadas lo son cada una a su manera. (TOLSTOI, L.: Ana Karénina).

La señora Michelle me recuerda a un erizo; por fuera está cubierta de pinchos, es una fortaleza, pero por dentro es tan refinada como ese animal engañosamente indolente, tremendamente solitario y terriblemente elegante.


Ella no ve la relación entre diez años de terapia, tres horas diarias cuidando de las plantas y un impresionante consumo de sustancias pagadas por la seguridad social.

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