- Siempre hay un cabo suelto; toda persona guarda un secreto que no quiere que se descubra.
- Cómo van a saber si quiera lo que es si ni siquiera saben pronunciarlo! Cree que el jurado medio es como el rey Salomón, no! Es un albañil con hipoteca que quiere irse a casa y sentarse en el sillón y mirar los programas de la tele. Y a ese hombre le importan un jodido rábano todas las puñetas sobre la verdad, la justicia y el estilo de vida americano.
- Son personas,
- Pues eso mismo estoy diciendo.
- No tiene usted la menor idea de lo que estoy hablando, verdad?
- Qué espera conseguir si gana?
- A qué se refiere?
- Cree que Jacob P. volverá a la vida? Ni hablar! Sólo se asegurará de que su mujer vaya al cementerio en un nuevo coche y de que el tacón que se rompa de camino a su tumba sea el de un zapato de 1200 dólares y su nombre saldrá en la prensa pero Jacob P. y todas las demás víctimas seguirán muriéndose en sus tumbas.
Me importa una mierda y ¿sabe qué? Nunca me importó.
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