Amargura y culpa.
Dos sentimientos que he paladeado esta mañana.
Despertar amargo y pleno de culpabilidad.
¿Acaso es amargura por el daño que me han causado y culpa por no haber sido más lúcida respecto a la ordinariez que me rodeaba?
La ordinariez me sigue rodeando pero soy capaz, al fin, de distanciarme hasta convertirlo en apariciones sin entidad propia…
La verdad ha tomado al fin una entidad corpórea; nada merece la pena, nadie merece la pena, nada ni nadie tiene sentido...
META
Hace 12 años
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