Despertar por los rayos del mismo sol de tu infancia,
en una cama mullida que te es familiar.
Desayunar con tu familia.
Tener conversaciones triviales, corteses…
Después de haber temido por tu vida,
De haberte enfrentado al hambre, al sueño,
A la desesperación, al puro miedo de no volver a ver,
De no volver a soñar, de no volver a sentir…
Después de haber sobrevivido a una guerra.
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