Siempre he creído que aquello que no elijes es lo que te define; tu ciudad, tu barrio, tu familia…
Almas envueltas en cuerpos, cuerpos envueltos en ciudades.
Cómo se podía ir al cielo viviendo en este barrio sin morir en el intento?
Me dijo lo que Jesús les decía a sus discípulos: sois ovejas entre lobos, sed sagaces como serpientes e ingenuos como palomas.
La vergüenza es que Dios te diga que has obrado mal.
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