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lunes, 7 de febrero de 2011

CANDY

El futuro prometía mucho.
El presente era muy, muy bueno.
No quería destruir la vida de Candy.
Quería mejorar la mía.
Queríamos compartir absolutamente todo.
Especialmente las mejores partes.
¿Quién no querría?

Este es el profundo secreto que nadie sabe.
La raíz de la raíz, el brote del brote, el cielo del cielo
De un árbol llamado vida
Que crece más alto de lo que el alma espera
O la mente puede ocultar.
Es la maravilla que mantiene separadas las estrellas.
Llevo tu corazón.
Lo llevo en mi corazón.

Había una vez, estaban Candy y Dan.
Hizo mucho calor ese año.
La cera se derretía en los árboles.
Él trepaba balcones, hacía lo que fuera por ella.
Ay, Danny boy.
Miles de pájaros pequeños adornaban su cabello.
Todo era de oro.
Una noche la cama se incendió.
Era atractivo y muy buen criminal.
Vivíamos de sol y chocolate.
Era la tarde de extravagante deleite.
Danny el temerario.
Candy desapareció.
Los últimos rayos del sol pasaban como tiburones
Quiero probarlo a tu modo esta vez.
Llegaste a mi vida rápidamente y me gustó.
Chapoteamos en el lodo de nuestra dicha.
Mis muslos estaban mojados de entrega.
Luego hubo una brecha en las cosas.
Y toda la Tierra se inclinó.
Esto es lo que buscamos.
Contigo dentro de mí, llega el matrimonio de muerte.
No volveré a dormir.
El monstruo de la piscina.
La naturaleza del perro es ladrarle a gatos y gallinas y frijoles trepadores.
A donde quiera que mire.
A veces te odio.
Un florero junto a la cama.
Te rompo la cabeza contra el cabezal de la cama.
El bebé murió por la mañana.
Le dimos un nombre.
Se llamaba Thomas.
Pobre pequeño dios.
Su corazón late como un tambor de vudú.

No hay vuelta atrás.
Si te dan una segunda oportunidad creo que es bueno recordar lo frágil que es.

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